Alberto Aguirre, sj “Sólo quiero estar insertado en lo que ha de crecer”

Soy Alberto Luis Aguirre S.J., nacido el 10 de noviembre allá lejos en el tiempo, ingresado a la Compañía de Jesús el 11 de marzo de 1951.
Recibida mi ordenación presbiteral en 1963, aprendí con otros jesuitas a ser y trabajar como “amigos en el Señor” en tres sucesivas pequeñas comunidades. Con ellos residí “apretadamente” en departamentos de 3 y 4 ambientes entre los años 70 y 78.
Recogiendo un germen nacido en el 5 año de mi bachillerato, aprendía a desarrollar y expresar mi interés por la cosa pública en el CIAS (Centro de Investigación y Acción Social) de la Compañía de Jesús, en Buenos Aires, y en los “coloquios de Agrelo”(Mendoza) realizados para dirigentes de la sociedad mendocina.
Para mi modo de actuar por el Reino, como vocación particular, lo vengo viviendo desde muy joven, en mi parroquia bautismal de San José de Flores (Bs. As.) y luego como jesuita, a favor de la formación cristiana de otros jóvenes, mientras dejaba de ser joven.
Habiendo dejado atrás la juventud, cuando en 1985 puse mis huesos al servicio del Movimiento Juvenil de Peregrinos, logré expresar en palabras el ideal que desde siempre me inspiró: “Sólo quiero estar insertado en lo que ha de crecer” (adaptación libre de una frase del P. Teilhard de Chardin). Lo cual me ha permitido gozar de la opción por actuar en procesos humanos fecundados por la gracia de Dios.

La vida de jesuita:

1- ¿Es posible comenzar preguntándole acerca de algún dato esencial de su biografía?
Sí, es posible... yo soy un jesuita que felizmente lleva 60 años como tal.
2- ¿Por qué jesuita? ¿Qué es ser jesuita para ud.? ¿Cómo experimentó su vida en formación dentro de la Compañía? ¿Qué experiencias lo marcaron profundamente en sus primeros años de jesuita?
Jesuita, porque así lo decidí hace 60 años, tras 4 años de luchas interiores, superados en total libertad con la ayuda de un sabio jesuita (P. Achaval), y el testimonio cotidiano de la relación con otro jesuita (P. Bullrrich) con quien trabajé estrechamente en la dirección de las congregaciones mariana. Ser jesuita, para mí, ha sido consagrar mi vida a Dios en la obra de Jesús; más concretamente, en el acompañamiento de jóvenes en un proceso de vivir la fe en la vida. Totalizar lo que ya hacía en las congregaciones marianas la formación la viví en  esperanza, superando mi costosidad en los estudios. No puedo decir mucho más acerca de las experiencias que me marcaron entonces.
3- ¿Qué sueños se han visto realizados en tantos años de Compañía? ¿Qué misiones tuvo en la Compañía y qué significaron para su vida? ¿Qué campos apostólicos?
Particularmente los sueños en relación con el acompañamiento de jóvenes, particularmente realizados en el Movimiento de los Peregrinos, en forma análoga -respetando las distancias- a lo antes realizado en las Congregaciones Marianas. Siempre tuve misiones en esa línea, con el acento puesto en despertar y acompañar procesos. Ello ha sido y es todavía la alegría de mi vida. Además, he escrito mucho para acompañar la reflexión personal en la vivencia de la liturgia
4- ¿Cómo vivió los tiempos de crisis personales, de la Iglesia, del mundo? ¿Cuáles fueron sus momentos más decisivos?
Los viví en esperanza, serenamente, por estar inmerso en la misión, de modo que se me hace difícil, insuperable, el intentar señalar los momentos más decisivos.

La vida en misión:
5- ¿Cómo definiría su estilo de trabajo? Si tuviera que elegir algunos baluartes en su vida, ¿cuáles serían?
Acompañar, en reflexión, en mi mesa de trabajo y de diálogo pastoral, escribiendo mucho para orientar diversos grupos, enriqueciendo la temática de esos escritos con la lectura de autores como Anselm Grüm y otros. Allí residen los baluartes de mi vida.
6-  ¿Qué han significado los compañeros, los amigos y amigas para su vida? ¿Cómo ha experimentado el compañerismo, la amistad?
La amistad en el acompañamiento ha sido, y es, invalorable, con profundidad afectiva. Cuánta vida!!!

La vida en el Espíritu:
7-  ¿Quién es Jesús para ud? ¿Cómo ha experimentado en su vida el Reino que Él anuncia?
Jesús es para mí la cercanía de Dios entre los hombres. Lo veo (sin poder verlo de otro modo) indisolublemente ligado al anuncio y realización de su Reino. De este modo lo siento vivo en mi existencia, especialmente en la misión.
8- Mirando hacia atrás ¿Cuál podría decir que es el núcleo de nuestra espiritualidad para usted? ¿Qué significan los EE para ud., cómo los ha vivido a lo largo de los años?
 En lo que acabo de expresar descubro el núcleo de nuestra espiritualidad: la búsqueda permanente de Jesús y su Reino. Los EE. Son el momento privilegiado para esa búsqueda, la actualización de la autenticidad de la propia vida en el Espíritu
9-  ¿Qué le diría a alguien que quiere ser jesuita?
Al que me diga que quiere ser jesuita procuraría animarlo con mi testimonio, con mis propias vivencias, con mi alegría.
10- ¿Qué le diría a un laico comprometido?
Mis acompañados me reflejan que los jesuitas actualmente somos elegidos por los laicos como representación preferencial de la vida eclesial. Eso anima especialmente mis esperanzas, de tal modo que no puedo concientizar temores concretos, ni antes ni ahora.

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